LA FOTO DE TU PRODUCTO ES EL PRIMER CONTACTO INMEDIATO CON EL COMPRADOR
Por Galia Gálvez
Todo entra por los ojos, advierte una vieja sentencia. Esta no dista de nuestro contexto actual, sino que la confirma ya que vivimos inmersos en la era de la imagen y el primer impacto visual frente a un producto es el que cuenta para los consumidores. Si vas a ofrecer un bien o servicio necesariamente debes incluir una foto a la hora de vender en internet u otro medio.
Una foto bien realizada de nuestro producto, que destaque sus componentes y “bondades” será decisiva a la hora de la compra. Los ojos de los consumidores se van directamente hacia las imágenes pues es mucho más fácil hacerse una idea del producto al mirarlo que con sólo mirar el logo de la empresa. Con una foto del producto el consumidor recrea mentalmente las formas, texturas, detalles, acabados, olores y espesor, asimismo los beneficios y satisfacciones que obtendremos al consumirlo.
Una cámara que tome excelentes fotos por sí sola es un mito: necesariamente requerirá de alguien que haga el encuadre, arme el entorno, balancee el color de la iluminación, evalué la calidad de luz y de un acabado de retoque y edición profesional a sus fotos, principalmente en imágenes de productos cuyo objetivo es vender. El verdadero poder creativo, el concepto, la visión y el resultado final, siempre están en manos del fotógrafo, del diseñador o del publicista, independientemente de la cámara fotográfica.
Los anuncios con imágenes son los que más atención y visitas tienen en internet o redes sociales. Nadie compra algo sin antes mirarlo. Comprar algo sin imágenes sería como elegir con los ojos vendados, cosa que el consumidor siempre evitará, Si una foto no tiene calidad suficiente, aparece pixelada, oscura o borrosa, también el consumidor evita comprar el producto.
Si va a realizar catálogos, brochures, o desarrollar anuncios publicitarios para su empresa, no arriesgue su imagen. La comunicación visual es la que va permitirle seducir a su consumidor final. Visualmente se generan atractivos intangibles, estilos de vida y sublimaciones que permanecen en la memoria del consumidor.
|